martes, 25 de septiembre de 2012

Hoy he aprendido...

  Hoy he aprendido que la grandeza que Dios da a un alma no es cuánta sabiduría tenga o qué milagros haga, he aprendido que la grandeza de Dios en un alma es cuánto puede abajarse, humillarse y aguantar el sufrimiento amando ante el dolor, el desprecio y la humillación.
  Por eso el Padre fue glorificado en la Cruz de Cristo. Él es la máxima expresión de la grandeza del hombre, de la humillación.
  Y el Señor me lo ha enseñado a través de una persona, vivo ejemplo de esto.

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