martes, 25 de septiembre de 2012

Hoy he aprendido...

  Hoy he aprendido que la grandeza que Dios da a un alma no es cuánta sabiduría tenga o qué milagros haga, he aprendido que la grandeza de Dios en un alma es cuánto puede abajarse, humillarse y aguantar el sufrimiento amando ante el dolor, el desprecio y la humillación.
  Por eso el Padre fue glorificado en la Cruz de Cristo. Él es la máxima expresión de la grandeza del hombre, de la humillación.
  Y el Señor me lo ha enseñado a través de una persona, vivo ejemplo de esto.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Sólo Dios (hno. Rafael)


  En el "niégate" está la labor de un alma que sólo quiere vivir escondida, que nada quiere para sí, que sólo por amores divinos suspira, y que comprende que no sólo la renuncia al mundo quiere Dios, si no que hay otra más dificil que esa: la renuncia de uno mismo, la renuncia a algo que llevamos dentro, que no te sé explicar, a algo que de veras estorba..., quizá me comprendas.
 Cuando te pongas a los pies del Sagrario, mires a Jesús, contemples sus llagas, llores a sus pies y veas que ante la inmensa caridad de Cristo tú desapareces, tus lágrimas desaparecen, tu alma entera se anonada, se hace como un polvillo de arena en la inmensidad del mar...
  Entonces, ni sufres ni gozas, todo es Dios. Él lo llena todo, ni tendrás deseos y cuando alguien te pregunte ¿qué te pasa? ... ¿acaso sufres? ... ¿por qué lloras? ¿qué quieres? Entonces quizá te sonrías y dirás: ¿quién yo? ¡Jesús bendito! yo no soy nada, nada quiero, no me preguntes por mí ..., no sé ..., háblame de Dios.

jueves, 20 de septiembre de 2012

1 Cor 10, 13

   
 
   No os ha llegado ninguna prueba insuperable. Dios es fiel y no permitirá que seáis sometidos a pruebas superiores a vuestras fuerzas; ante la prueba os dará fuerza para superarla.

martes, 18 de septiembre de 2012

Isaías 62, 4-5

    No se dirá de ti jamás «Abandonada», ni de tu tierra se dirá jamás «Desolada», sino que a ti se te llamará «Mi Favorita», y a tu tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacerá en ti, y tu tierra será desposada.
   Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Confianza en Dios (del Padre Pío)

El corazón de nuestro divino Maestro no conoce más que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallarán antes que la protección de vuestro Salvador.

Caminad sencillamente por la senda del Señor, no os torturéis el espíritu. Debéis detestar vuestros pecados, pero con una serena seguridad, no con una punzante inquietud.

viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Quién, por consiguiente, me dirá que no goce de tantas alegrías admirables?

    Alégrate, pues, también tú siempre en el Señor (Flp 4,4), carísima, y que no te envuelva la amargura ni la oscuridad, oh señora amadísima en Cristo, alegría de los ángeles y corona de las hermanas (Flp 4,1); fija tu mente en el espejo de la eternidad, fija tu alma en el esplendor de la gloria (cf. Heb 1,3), fija tu corazón en la figura de la divina sustancia (cf. Heb 1,3), y transfórmate toda entera, por la contemplación, en imagen de su divinidad (cf. 2 Cor 3,18), para que también tú sientas lo que sienten los amigos cuando gustan la dulzura escondida (cf. Sal 30,20) que el mismo Dios ha reservado desde el principio para quienes lo aman (cf. 1 Cor 2,9).
   Y dejando absolutamente de lado a todos aquellos que, en este mundo falaz e inestable, seducen a sus ciegos amantes, ama totalmente a Aquel que por tu amor se entregó todo entero (cf. Gál 2,20),  cuya hermosura admiran el sol y la luna, cuyas recompensas y su precio y grandeza no tienen límite (cf. Sal 144,3); hablo de aquel Hijo del Altísimo a quien la Virgen dio a luz, y después de cuyo parto permaneció Virgen.
   Adhiérete a su Madre dulcísima, que engendró tal Hijo, a quien los cielos no podían contener (cf. 1 Re 8,27; 2 Cr 2,5), y ella, sin embargo, lo acogió en el pequeño claustro de su sagrado útero y lo llevó en su seno de doncella.