martes, 13 de diciembre de 2011

El Amor: Secreto del éxito

El temor al fracaso es algo que todos hemos experimentado alguna vez en la vida. La psicología nos dice que debemos hacer cambios para hacer frente a ese temor. Pero la Palabra de Dios nos dice que hay una manera de vivir que es a prueba de fracasos: el camino del amor.
Si quieres conocer el verdadero éxito, debes aprender a ser movido y guiado por el amor. Eso fue lo que Jesucristo hizo cuando estuvo en el mundo.
Cuando Juan Bautista fue brutalmente asesinado, Jesús se apartó para estar solo, pero aún en esa hora de agotamiento físico y mental, no se desvió del camino del amor. Porque Mateo 14:6-14 dice que cuando Él vio la gran multitud que lo seguía, tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos.
Antes me preguntaba cómo pudo Jesús volver la espalda a ese terrible crimen y no tomar venganza. Pero lo que yo pasé por alto es que Jesús sí respondió a ese crimen. Él venció las obras de Satanás con la compasión, venció el odio con el amor y atacó a Satanás en el mundo espiritual al destruir sus obras que producen enfermedades y males.
La compasión no trata con la superficie de las cosas, sino que va a la raíz del problema, por eso es que siempre triunfa.
"Un momento - me dices - , yo no puedo hacer eso; yo no soy Jesús".
¡Sí, puedes! Porque la Palabra de Dios dice que el amor de Jesús ha sido derramado en tu corazón (Romanos 5:5). En 1 Juan 2:5 dice que el amor de Jesús se perfecciona en tí cuando guardas la Palabra de Dios.
Decídete ahora mismo a vivir una vida inspirada y guiada por el amor, y verás a Dios convertir el fracaso en éxito en el hogar, en el trabajo y en toda situación, porque ¡el amor nunca deja de ser!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Me amas igual (de Rojo)

Me amas igual a pesar de mis errores me amas igual
Aunque no soy perfecto me amas igual
Me abrazas otra vez me amas igual
Aunque a veces pienso lento me amas igual
Aunque sigo en el proceso me amas igual
Por eso te diré:

Es tu amor lo que me llena y es tu amor
Mi salvación y vida y es tu amor
Lo que renueva y sé que
Me amas igual

Me amas igual aunque a veces dude mucho me amas igual
Aunque a veces no te escucho me amas igual
Sigues creyendo en mi me amas igual
Y quiero ser tu reflejo me amas igual
Quiero darte mis secretos me amas igual
Por eso te diré:

Es tu amor lo que me llena y es tu amor
Mi salvación y vida y es tu amor
Lo que renueva y sé que
Me amas igual

Me amas igual, me amas igual

tienes la culpa de esta dicha
De mi esperanza cada día
Cada mañana el despertarme voy a
decidir siempre adorarte

Es tu amor lo que me llena y es tu amor
Mi salvación y vida y es tu amor
Lo que renueva y sé que
Me amas igual

Me amas igual.

jueves, 24 de noviembre de 2011

LA PARTICIPACIÓN DE LOS MÁRTIRES EN LA VICTORIA DE CRISTO CABEZA (De la carta de san Pablo Le-Bao-Tinh a los alumnos del seminario de Ke-Vinh)

     Yo, Pablo, encarcelado por el nombre de Cristo, os quiero explicar las tribulaciones en que me veo sumergido cada día, para que, enfervorizados en el amor a Dios, alabéis conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Esta cárcel es un verdadero infierno: a los crueles suplicios de toda clase, como son grillos, cadenas de hierro y ataduras, hay que añadir el odio, las venganzas, las calumnias, palabras indecentes, peleas, actos perversos, juramentos injustos, maldiciones y, finalmente, angustias y tristeza. Pero Dios, que en otro tiempo libró a los gres jóvenes del horno de fuego, está siempre conmigo y me libra de estas tribulaciones y las convierte en dulzura, porque es eterna su misericordia.
     En medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que Cristo está conmigo.
    Él, nuestro maestro, aguanta todo el peso de la cruz, dejándome a mí solamente la parte más pequeña e insignificante. Él, no sólo es espectador de mi combate, sino que toma parte en él, vence y lleva a feliz término toda la lucha. Por esto en su cabeza lleva la corona de la victoria, de cuya gloria participan también sus miembros.
    ¿Cómo resistir este espectáculo, viendo cada día cómo los emperadores, los mandarines y sus cortesanos blasfeman tu santo nombre, Señor, que te sientas sobre querubines y serafines? ¡Mira, tu cruz es pisoteada por los paganos! ¿Dónde está tu gloria? Al ver todo esto, prefiero, encendido en tu amor, morir descuartizado, en testimonio de tu amor.
    Muestra, Señor, tu poder, sálvame y dame tu apoyo, para que la fuerza se manifieste en mi debilidad y sea glorificada ante los gentiles, ya que, si llegara a vacilar en el camino, tus enemigos podrían levantar la cabeza con soberbia.
   Queridos hermanos, al escuchar todo esto, llenos de alegría, tenéis que dar gracias incesantes a Dios, de quien procede todo bien; bendecid conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia. Proclame mi alma la grandeza del Señor, se alegre mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su siervo y desde ahora me felicitarán todas las generaciones futuras, porque es eterna su misericordia.
   Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos, porque lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder, y lo despreciable, lo que no cuenta, lo ha escogido Dios para humillar lo elevado. Por mi boca y mi inteligencia humilla a los filósofos, discípulos de los sabios de este mundo, porque es eterna su misericordia.
   Os escribo todo esto para que se unan vuestra fe y la mía. En medio de esta tempestad echo el ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón.
   En cuanto a vosotros, queridos hermanos, corred de manera que ganéis el premio, haced que la fe sea vuestra coraza y empuñad las armas de Cristo con la derecha y con la izquierda, como enseña san Pablo, mi patrono. Más os vale entrar tuertos o mancos en la vida que ser arrojados fuera con todos los miembros.
   Ayudadme con vuestras oraciones para que pueda combatir como es de ley, que pueda combatir bien mi combate y combatirlo hasta el final, corriendo así hasta alcanzar felizmente la meta; en esta vida ya no nos veremos, pero hallaremos la felicidad en el mundo futuro, cuando, ante el trono del Cordero inmaculado, cantaremos juntos sus alabanzas, rebosantes de alegría por el gozo de la victoria para siempre. Amén.

martes, 22 de noviembre de 2011

CANTAD A DIOS CON MAESTRÍA Y CON JÚBILO (S. Agustín)

  
   Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo, ya que se os invita al cántico nuevo. Nuevo hombre, nuevo Testamento, nuevo cántico. El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo los hombres nuevos, renovados de su antigua condición por obra de la gracia y pertenecientes ya al nuevo Testamento, que es el reino de los cielos. Por él suspira todo nuestro amor y canta el cántico nuevo. Pero es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo.

    Cantadle un cántico nuevo, cantadle con maestría. Cada uno se pregunta cómo cantará a Dios. Cántale, pero hazlo bien. Él no admite un canto que ofenda sus oídos. Cantad bien, hermanos. Si se te pide que cantes para agradar a alguien entendido en música, no te atreverás a cantarle sin la debida preparación musical, por temor a desagradarle, ya que él, como perito en la materia, descubrirá unos defectos que pasarían desapercibidos a otro cualquiera. ¿Quién, pues, se prestará a cantar con maestría para Dios, que sabe juzgar del cantor, que sabe escuchar con oídos críticos? ¿Cuándo podrás prestarte a cantar con tanto arte y maestría que en nada desagrades a unos oídos tan perfectos?

    Mas he aquí que él mismo te sugiere la manera cómo has de cantarle: no te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.

    El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Del Padre Pío

Para vivir continuamente en una vida devota, no te hace falta más que aceptar en tu espíritu algunas máximas excelentes y generosas.
La primera que yo deseo que tengas es esta de San Pablo: "Todo redunda en bien de los que aman a Dios". Y, por cierto, ya que Dios puede y sabe sacar el bien incluso del mal, ¿con quién hará esto sino con aquellos que, sin reserva alguna, se entregan a Él? Incluso los mismos pecados, de los que Dios, por su bondad, nos tiene alejados, son ordenados por su divina providencia al bien de los que le sirven. Si el santo rey David no hubiera pecado, nunca habría adquirido una humildad tan profunda; ni la Magdalena habría amado tan ardientemente a Jesús si Él no le hubiera perdonado tantos pecados; y Jesús no habría podido perdonárselos si ella no los hubiera cometido.

Considera, mi queridísima hijita esta gran obra de la misericordia divina: Él convierte nuestras miserias en favores y, con el veneno de nuestras iniquidades, realiza cambios saludables en nuestras almas. Dime, pues, ¿qué no hará con su gracia de nuestras aflicciones, nuestro sufrimientos y las persecuciones que nos angustian? Y, por eso, aunque te sucediera no sufrir aflicciones de ninguna clase, cree que, si amas a Dios con todo tu corazón, todo se convertirá en bien; y, aunque no logres comprender por dónde vendrá este bien, ten la certeza de que llegará. Si Dios pone ante tus ojos el lodo de la ignominia, no es sino para devolverte una mirada más clara y para hacerte admirable ante sus ángeles, como un espectáculo digno y amable. Y si Dios te hace caer, es para conseguir en ti lo que realizó en san Pablo al hacerle caer del caballo.

Por tanto, que las caídas no te hagan perder el valor; anímate a una confianza renovada y a una humildad más profunda. Descorazonarse e impacientarse después de que se ha caído en el error es una estratagema del enemigo, es cederle las armas, es darse por vencido. Po rtanto, no debes hacerlo, ya que la gracia del Señor está siempre atenta para socorrerte.

Escrito por el Hermano Rafael

Siempre buenos propósitos... Siempre deseos de ser mejor... Siempre deseos de mortificación..., pero no pasan de ser deseos...
¡Qué pobre hombre eres, hermano Rafael!! ¿Cuándo empezarás? ¿Cuándo será el momento en que de veras empieces a ser lo que a Jesús prometiste?
Aún te conviene humillarte en tus propias debilidades... Aún es necesaria la experiencia de verte incapaz para nada bueno... ¿Qué podrás tú solo? Caer y no levantarte... Retroceder en lugar de avanzar. Mira delante de Jesús lo que eres, y aprende a conocerte; así no tendrás soberbia, y en tu propia humillación aprenderás algo de humildad, que aún no sabes lo que eso es, y es necesario que lo aprendas.

martes, 15 de noviembre de 2011

Oración

Enséñame, Señor, el camino de tus preceptos, yo lo quiero guardar en recompensa. Hazme entender, para guardar tu ley y observarla de todo corazón. 
Llévame por la senda de tus mandamientos porque mi complacencia tengo en ella. Inclina mi corazón hacia tus dictámenes, y no a ganancia injusta. 
 Aparta mis ojos de mirar vanidades, por tu palabra vivifícame. Mantén a tu siervo tu promesa, que conduce a tu temor.Aparta de mí el oprobio que me espanta, pues son buenos tus juicios. 
 Mira que deseo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia. 
¡Llegue hasta mí tu amor, Señor, tu salvación, conforme a tu promesa! 
Y daré respuesta al que me insulta, porque confío en tu palabra. 
 No quites de mi boca la palabra de verdad, porque espero en tus juicios. Yo observaré sin descanso tu ley para siempre jamás. Y andaré por camino anchuroso, porque tus ordenanzas voy buscando. 
 De tus dictámenes hablaré ante los reyes, y no tendré que avergonzarme. 
 Y me deleitaré en tus mandamientos, que amo mucho. 
 Tiendo mis manos hacia tus mandamientos, en tus preceptos medito. 
 Recuerda la palabra dada a tu servidor, de la que has hecho mi esperanza. Este es mi consuelo en mi miseria: que tu promesa me da vida. 
 Los soberbios me insultan hasta el colmo, yo no me aparto de tu ley. 
 Me acuerdo de tus juicios de otro tiempo, oh Señor, y me consuelo. Me arrebata el furor por los impíos que abandonan tu ley. Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero. Me acuerdo por la noche de tu nombre, Señor, mi Dios, quiero guardar tu ley. 
Esta es mi tarea: guardar tus ordenanzas.  Mi porción, Dios mío, he dicho, es guardar tus palabras.  Con todo el corazón busco tu favor, tenme piedad conforme a tu promesa.
 He examinado mis caminos y quiero volver mis pies a tus dictámenes.
 Me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos.
 Las redes de los impíos me aprisionan, yo no olvido tu ley.
 Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.

viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Por qué hay gozo en la persecución?

     

  

Mateo 5, 10-12: "Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.  Alegráos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros".

    Hch 5, 41:  "Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por Cristo".

    Responder a esta pregunta es un misterio. No es comprensible humanamente la alegría ante el dolor. Pero el Señor nos ha prometido gozo y paz en medio del sufrimiento. Cuando se es perseguido por seguir a Cristo el único dolor es porque los perseguidores no lo conocen. Pero éstos, sin saberlo, están siendo instrumentos del Señor para la perfección y purificación de sus seguidores quienes pueden poner en práctica el mandato de Jesús de "Amar y bendecir a los que os persiguien". El resultado es automático: alegría y paz, y un fuerte deseo de la conversión de los perseguidores.

  Si la fe es creer lo que hoy no se ve pero con la certeza de que será. La fe me lleva a saber que el que hoy está contra Cristo mañana será un San Pablo.
  Y entre tanto, me quedo con la alegría de saberme digna de "sufrir" por Cristo, gran privilegio para tan poca cosa.

martes, 8 de noviembre de 2011

Promesa para la eternidad

  Prometo orar por ti todos los días, pedir tu perdón y concederte el mío también, y ser tu amiga para siempre.

(Es de una película, pero lo hago mío, para ti)

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Defenderse de la tentación


A menos que usted cambie de rumbo rápidamente, podrá encontrarse alejado del Padre y abrumado por la culpa y la vergüenza..
El sentido común dicta que un aprendiz de piloto que vuela por primera vez en una tormenta, necesita ser muy prudente. Pero un piloto experimentado sabe que tiene que estar tan atento en su tormenta número cien como en la primera. A pesar de años de experiencia, todavía puede ser derribado si no actúa prudentemente.
La tentación se parece mucho a una tormenta inesperada que daña a quienes toma por sorpresa. Al igual que un buen piloto, el cristiano debe estar alerta a la aproximación de la tentación y preparado para evitarla.
En esta vida, ninguno de nosotros llega a un nivel de madurez en el que las tentaciones pierden todo su poder.
Entender nuestras debilidades es una parte importante para estar preparados. ¿En qué aspectos es usted más vulnerable? Lo que comúnmente consideramos como "pecados grandes" —como el adulterio y el asesinato— no es lo que mete en apuros a la mayoría de la gente. Por lo general, son la multitud de "pecados pequeños" los que llevan a un gran problema.
La tentación es una invitación para llevar más allá de los límites dados por Dios, a cualquier deseo dado por Él. Usted da un paso por encima de la línea, y pronto tiene el incentivo para dar otro. Y luego otro. A menos que usted cambie de rumbo rápidamente, podrá encontrarse alejado del Padre y abrumado por la culpa y la vergüenza.
El problema de la tentación no puede ser ignorado. Identifique los aspectos en que usted es vulnerable, para que pueda preparar una defensa. Aprenda cuándo y cómo es más probable que se deje atraer, y busque siempre la ruta de escape que Dios prometió a quienes son tentados (1 Co 10.13).
Cómo defenderse de la tentación
Para construir una defensa contra la tentación, debemos entender cómo funciona. Cada pecado origina un pensamiento, a menudo el resultado de un dardo de fuego que el maligno lanza a nuestro camino (Ef 6.16). Si el creyente se aferra a ese pensamiento, éste se convierte en una fantasía, —la oportunidad de imaginar lo que sería perseguir esa idea sin llegar a practicarla. El problema con las fantasías es que fácilmente pueden turbar las emociones de la persona. Esto crea un deseo, que lleva al creyente al punto donde tiene que hacer una elección: o consiente el pecado, o lo rechaza. Este proceso es muy peligroso, ya que la evolución desde el pensamiento hasta la elección puede ser casi instantánea.
Los sabios deciden con antelación resistir la tentación, antes de que ésta entre en su conciencia. Hay dos puntos de apoyo para una buena defensa: el compromiso de obedecer a Dios, y el reconocimiento de que Él tiene el control y ha limitado lo que Satanás puede hacer (1 Co 10.13).
De la misma manera podemos mantenernos firmes cuando la tentación deja de ser una fantasía. Satanás tiene la manera de llamar la atención al placer del pecado hasta que eso sea lo único que veamos. Pero con un esfuerzo consciente, podemos ver todo el panorama: ¿Es esta decisión una violación de la Palabra de Dios? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Estoy dispuesto a pagar ese precio?
Ninguna defensa contra la tentación está completa sin el estudio de la Palabra y la oración, pues éstas edifican nuestra fe. Si el baluarte alrededor de nuestra mente y de nuestro corazón se fortalece, estaremos más preparados para apagar los dardos de fuego de Satanás.

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Cómo ser libres de la envidia?



CONOCER MI POTENCIAL

     Para que la envidia no te afecte debes estar tranquilo con tu propia capacidad, Dios repartió dones y talentos para todos, sean diferentes o no, pero cada uno puede resaltar en aquello para lo que nació, hay algo que te gusta hacer y eres bueno, en eso tienes que enfocarte. Recuerda esta frase: "Cada estrella tiene su propio brillo". Conocer el valor de tu capacidad que te fue dada por Dios es abrir los ojos a tu verdadera esencia de ganador, eres más que vencedor y todo lo puedes en Cristo que te fortalece.

ADMIRAR NO ENVIDIAR

    Cada vez que veas a alguien ganar, llegar a la meta, ser bendecido recuerda que debes imitar su dedicación, su esfuerzo y festejar el favor de Dios en él. Nunca jamás pienses que el otro no merece algo, porque cada uno cosecha lo que sembró. Cuando veas el logro de otro alégrate porque es una señal de que podrás cumplir todas tus metas también. Nadie te va a quitar nada, nadie puede robarte el resultado de tu trabajo y tus sueños, son únicos, no te compares con nadie, compararse es necedad.

NO A LA OBSESIÓN SI A LA EXPANSIÓN

    La envidia produce obsesión, hace que la persona este concentrada en los demás en todo lo que haga o no haga, pero esa energía la tienes que cambiar de lugar y concentrarla en tu expansión, en tu crecimiento y en tus metas y sueños. Enfócate en crecer tú mismo y no en obsesionarte en los demás. Canaliza la fuerza que tienes en cosas productivas, en pensar como puedes mejorar, en estudiar, perfeccionarte, en buscar a Dios, en ser cada día mejor.
Dios tiene mucho para darte, tu esencia no tiene límites de expansión y crecimiento, tu fin es estar bien, libre, bendecido y eso impartirlo y compartirlo con los demás.
Por último recuerda que debes siempre elogiar, apreciar y admirar a todas las personas por lo bueno que hacen o tienen, y no envidiarlas. Tu destino y tus bendiciones tienen tu nombre ¡No hay nada que envidiar! Adelante, ¡conquista tus metas sin dudar!.

jueves, 15 de septiembre de 2011

TRAMPA

  
    En las heladas regiones de la América del Norte un indio hacía un caminito por entre la nieve, y además hacía otra cosa con unas ramas de abeto.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó un amigo que acertó a pasar por ese lugar.
—Una trampa para conejos —respondió el indio.
—Pero, ¿dónde está la trampa?
—¡Ah! —respondió el indio sonriente. —La trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.
   Primero arreglo el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasar por el caminito; pero mañana se acercarán más, y poco tiempo después uno de ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán con el camino y lo usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa en medio, entre las ramas… después comeré conejo todos los días.
—Ya veo —contestó el amigo pasajero—, estas usando la misma táctica que Satanás usa con los cristianos: Primero los atrae a algo que da la impresión de que “no es malo ni bueno”, y cuando adquieren confianza él los atrapa y destruye.
   Muchos son los cristianos que están continuamente siendo engañados por el enemigo de sus almas, quien los lleva a caminos que parecen atractivos que finalmente producirá su destrucción. Puede ser una amistad, una película, una lectura o el Internet. Dios te ha dado la capacidad para decir no y no permitir que seas arrastrado sutilmente. Recuerda, Cristo te llamó a una vida totalmente victoriosa.
    En el desierto cedieron a sus propios deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios. Salmo 106:14
   Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Mateo 6:13
    Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Santiago 1:12

martes, 9 de agosto de 2011

SÓLO DANDO RECIBIMOS

Sólo dando, recibimos. No tengas miedo, entrégate sin medida para que Dios tenga espacios vacíos que pueda llenar.

Todos llevamos dentro muchas cosas valiosas que podemos compartir. Cada persona tiene virtudes y cualidades que otros necesitan y admiran. Somos como recipientes que tienen forma y propósito. Contenemos algo que es necesario dar a los demás. Por ejemplo, cuando nos duele el estómago, buscamos una medicina y abrimos el frasco para tomar lo que contiene y sentirnos mejor. Nosotros somos iguales, somos recipientes llenos de bendición para nuestras familias, nuestra pareja y nuestro trabajo. Lo vemos en el hogar, nadie es igual, siempre hay alguien que tiene un don especial que no tienen los demás. Hay un risueño, un cariñoso, un fuerte y dominante. Cada uno aporta lo que tiene para beneficio y alegría del resto. No serás de utilidad para otros, a menos que estés dispuesto a abrirte.

Si no estás dispuesto a vaciarte, si no deseas compartir con tus amigos o personas necesitadas, te estancarás y no avanzarás porque no tendrás espacio para recibir y crecer. Las personas que atesoran y no comparten, sienten que ya llegaron a la meta, se acomodan y no superan otras expectativas, ya no pasan a otro nivel porque se han estancado.

Como un garrafón de agua que nunca se usa por miedo a que se termine. El resultado será que efectivamente, siempre tendrá agua, pero con el tiempo, se llenará de microorganismos y ya no servirá. Nadie querrá tomarla porque está estancada y contaminada. Las empresas no quieres trabajadores estancados que no buscan desafíos porque se llenan de los “microbios” de malos pensamientos y ya no avanzan. Para evitar que esto te suceda, debes consumirte, debes permitir que beban de lo que tienes y dejen espacio que puedas llenar de nuevo.

Jesús es el mejor ejemplo porque vino para gastarse y consumirse. Derramó Su sangre por nosotros, no le quedó una sola gota en el cuerpo, ¡eso es ser de utilidad! Aunque suene duro, la gente que no es útil, es inútil, así de sencillo. El problema de guardarnos y cuidarnos tanto es que nuestros dones se desperdician y no son de provecho para nosotros, ni para otros.

Nuestros lógica terrenal nos dicen que para tener, hay que guardar y acumular porque si gastamos y repartimos, nos quedamos si nada. Pero el Señor dice que si repartes, tendrás más y si retienes, verás la pobreza en tu vida (Proverbios 11:24). La economía nos dice que debemos “acumular para los tiempos malos”. Claro que es bueno ahorrar, pero la Palabra aclara que debemos retener lo que es justo, no más que eso, porque acumular conduce a la pobreza. Cuando uno reparte, está abriendo el espacio para los milagros. Dar es justo y recibir también.

En la Biblia, vemos la historia del profeta Eliseo quien le pregunta a una mujer qué tiene para ofrecer. Era tiempo de escasez y ella le responde que sólo tiene una vasija de aceite. Entonces él le da la instrucción de que pida muchas vasijas prestadas y comience a derramar su aceite en ellas. ¡Y sucede el milagro! Porque se llenan todas las vasijas que sus hijos le llevan (2 Reyes 4:3-6). Lo que tú tienes y puedes derramar en otros es lo que Dios necesita para que ocurra el milagro de la sobreabundancia. Cuando eres un recipiente dispuesto a vaciarse, llamas al cielo tu propio milagro para que empiece a multiplicarse. La bendición de vaciarte está en la oportunidad que le das al Señor para que vuelva a llenarte.
Si quieres cosas mejores y nuevas, primero debes vaciarte y hacer espacio para que puedan venir a tu vida o será imposible recibirlas. Cuando entregas lo que tienes, alza tu mirada al cielo y dile al Señor: “Ya entregué lo que tenía, ¿dónde está lo mío?”

Para que nuestro Padre tome la decisión de derramarse, debe ver que la tierra está seca (Isaías 44:3). Si te sientes seco y vacío por dar lo que tenías, prepárate porque Él te llenará. No digas: “Me he guardado porque tengo miedo”. El temor a entregarse es el mayor enemigo de recibir bendición. Tal vez abusen de ti y se aprovechen, pero Él es suficientemente justo para darse cuenta que das lo mejor y mereces recibir.

Dios promete que bendecirá hasta que sobreabunde a quienes dan y se ofrecen sin medida, como dice en Malaquías 3:10 sobre el diezmo. Recibes el 100% de tu paga por el trabajo que realizas, entonces el Señor dice que le hagamos el favor de abrirle un espacio del 10% para que pueda llenarlo de nuevo, derramarse en ti y bendecirte. ¡Cuando diezmamos pasan cosas extraordinarias en nuestra vida porque Él no se queda con nada! Nuestro Señor es abundante en Sus promesas, no es escaso o egoísta, no puede dar poco, es generoso sin medida. Eso es lo que nos enseña y como buenos hijos, debemos aprender de Su ejemplo.

Ofrece lo que eres y lo que tienes sin medida en tu casa, en el trabajo y en la Iglesia. Hacerlo traerá bendición a tu vida. Echa fuera el temor y empieza a entregar lo que sea necesario.

Dale gracias porque tienes espacio para que Él lo llene. Dile que estás dispuesto a abrirte para que salga lo que Él y otros necesitan. Abre tus brazos y pídele que tome lo que quiera de ti. Pídele que llene los espacios que has vaciado, que no te deje sin recompensa porque deseas experimentar toda Su abundancia. Entrégale tu vida y tu corazón, declara que te darás a otros, que les bendecirás porque es tiempo de vaciarnos para que Dios nos llene de nuevo.

viernes, 29 de julio de 2011

¡Tarde Te Amé!

¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Y ves que tú estabas dentro de mí y yo fuera,
Y por fuera te buscaba;
Y deforme como era,
Me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste.
Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo.
Me retenían lejos de ti aquellas cosas
Que, si no estuviesen en ti, no serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera:
Brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;
Exhalaste tu perfume y respiré,
Y suspiro por ti;
Gusté de ti, y siento hambre y sed;
Me tocaste y me abrasé en tu paz.
"Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está
inquieto hasta que descanse en ti"
San Agustín

miércoles, 6 de julio de 2011

La voz de Dios y nuestra decisión (Max Lucado)




Si hay mil pasos entre nosotros y Dios, Él los dará todos, menos uno. A nosotros nos corresponderá dar el paso final. La decisión es nuestra.

Un buen piloto hace cualquier cosa con tal de llevar a sus pasajeros salvos a casa.
Fui testigo de un buen ejemplo de esto una vez que volaba por algún lugar sobre Missouri. La auxiliar de vuelo nos dijo que volviéramos a nuestros asientos porque nos aproximábamos a una zona de turbulencias. Se trataba de un vuelo problemático y la gente tardó bastante en reaccionar; pero ella nos advirtió de nuevo: «Vamos a movernos, así que por seguridad, es mejor que se sienten».
Muchos lo hicieron. Pero unos pocos no, así es que ella cambió el tono: «Damas y caballeros, por su bien, ¡vuelvan a sus asientos!»

Creía que todos estaban sentados, pero era evidente que estaba equivocado, porque la próxima voz que oí fue la del piloto: «Este es el capitán Brown», anunció. «Hay algunos pasajeros heridos por ir al baño en lugar de permanecer en sus asientos. Queremos ser bien claros en cuanto a nuestra responsabilidad. Mi trabajo es pasar con ustedes a través de la tormenta. Su trabajo es hacer lo que les digo. ¡Así es que tomen asiento y abróchense los cinturones!»
En ese momento se abrió la puerta del baño y apareció un tipo con el rostro rojo de vergüenza y con una sonrisita tímida se fue a sentar.

¿Se equivocó el piloto en lo que hizo? ¿Fue demasiado insensible o poco cortés? No, todo lo contrario. Para él era más importante que el hombre estuviera a salvo aunque avergonzado, que no advertido y herido.

Los buenos pilotos hacen lo que sea necesario con tal de llevar a sus pasajeros a casa.

Así es Dios. He aquí una pregunta clave: ¿Cuánto quieres que Dios haga para prestarte atención? Si Él tuviera que escoger entre tu seguridad eterna y tu bienestar terrenal, ¿qué crees que escogería? No te apresures en contestar. Piensa un poco.
Si Dios te ve de pie cuando deberías estar sentado, si Dios te ve en peligro en lugar de verte a salvo, ¿cuánto quieres que Dios haga para que te preste atención?¿Qué dirías si Él decidiera llevarte a otro país? (Como hizo con Abraham.) ¿Qué dirías si te llamara a dejar el retiro? (¿Recuerda a Moisés?) ¿Qué tal si te hablara un ángel o las entrañas de un pez? (Tipo Gedeón o Jonás.) ¿Qué tal un ascenso como Daniel o una destitución como Sansón?

Dios hace cualquier cosa con tal que le escuchemos. ¿No es ese el mensaje de la Biblia? La búsqueda implacable de Dios. Dios a la caza. Dios buscando. Hurgando debajo de la cama en busca de sus hijos escondidos, moviendo los arbustos rastreando la oveja perdida. Haciendo una bocina con sus manos para gritar por las quebradas. Luchando con los nuevos Jacobs en los enlodados Jabocs de la vida.

Por todas sus peculiaridades y desigualdades, la Biblia tiene una historia sencilla. Dios hizo al hombre. El hombre rechazó a Dios. Dios no se dará por vencido hasta que traiga al hombre de vuelta a Él. Desde Moisés en Moab hasta Juan en Patmos, ha podido oírse la voz: «Yo soy el piloto. Tú eres el pasajero. Mi trabajo es llevarte a casa. Tu trabajo es hacer lo que yo digo».
Dios es tan creativo como inexorable. La misma mano que mandó maná a Israel, envió a Uza a la muerte. La misma mano que dejó libre a su pueblo de la esclavitud en Egipto, lo envió cautivo a Babilonia. Bondad y austeridad. Ternura y dureza. Firmeza fiel. Paciencia urgente. Ansiedad tolerante. Suave en su gritar. Dulce. Atronador. Trueno apacible.

Así es como Juan vio a Jesús. El Evangelio de Juan tiene dos temas: la voz de Dios y la decisión del hombre. Y ya que este libro se basa en Juan, verás el mismo dúo: su voz, nuestra decisión. 

Jesús dijo: «Yo soy el pan que da vida. Yo soy la luz del mundo. Yo soy la resurrección y la vida. Yo soy la luz del mundo. Yo soy la puerta. Yo soy el camino la verdad y la vida. Vendré otra vez para llevaros conmigo».

La proclamación de Jesús: siempre ofreciendo, nunca forzando:
De pie junto al paralítico: «¿Quieres recobrar la salud?» ( Juan 5:6 ).
Cara a cara con el ciego, ahora sano: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?» ( Juan 9:35 ).
Cerca de la tumba de Lázaro, probando el corazón de Marta: «Y ninguno de los que viven y creen en mí morirá jamás. ¿Crees esto?» ( Juan 11:26 ).
Probando la intención de Pilato: «¿Eso lo preguntas tú por tu propia cuenta, o te lo han dicho otros de mí?» ( Juan 18:34 ). 

La primera vez que Juan oyó a Jesús hablar, este preguntó: «¿Qué estáis buscando?» ( Juan 1:38 ). Entre las últimas palabras de Dios, está todavía esta otra: «¿Me quieres?» ( 21:17 ).
Este es el Jesús que Juan recuerda. Las preguntas sinceras. Las afirmaciones atronadoras. El toque suave. Nunca yendo donde no le invitan, pero una vez invitado, nunca se detiene sino hasta finalizar, hasta que se haya hecho una decisión. 

Dios susurrará. Gritará. Tocará y forcejará. Nos despojará de nuestras cargas; y aun nos quitará nuestras bendiciones. Si hay mil pasos entre nosotros y Dios, Él los dará todos, menos uno. A nosotros nos corresponderá dar el paso final. La decisión es nuestra.
Por favor, entiende. Su meta no es hacerte feliz. Su meta es hacerte suyo. Su meta no es darte lo que quieres; es darte lo que necesitas. Y si eso significa una o dos sacudidas para que vuelvas a tu asiento, lo hará. La molestia terrenal es un agradable cambio para la paz celestial. Jesús dijo: «En el mundo habréis de sufrir; pero tened valor, pues yo he vencido al mundo» ( Juan 16:33 ). 

¿Cómo podía hablar con tal autoridad? ¿Con qué derecho toma el mando? Simple. Él, como el piloto, sabe lo que no sabemos, y puede ver lo que no podemos.
¿Qué sabía el piloto? Sabía cómo volar un avión.
¿Qué veía el piloto? Turbulencias adelante.
¿Qué sabe Dios? Sabe cómo gobernar la historia.
¿Qué ve Él? Supongo que usted entiende el mensaje.
Dios quiere llevarte a casa con seguridad.

Sólo piensa en Él como tu piloto. Piensa en ti como su pasajero. Considera este libro como una lectura en vuelo. Y piensa dos veces antes de levantarte e ir al baño.

viernes, 3 de junio de 2011

Promesas

3-6-11
Baruc 4:
27 ¡Animo, hijos, clamad a Dios! pues el que os trajo esto se acordará de vosotros;
28 y como vuestro pensamiento sólo fue de alejaros de Dios, vueltos a él, buscadle con ardor diez veces mayor.
29 Pues el que trajo sobre vosotros estos males os traerá la alegría eterna con vuestra salvación.
30 ¡Animo, Jerusalén!: te consolará Aquel que te dio nombre.
31 Desdichados los que te hicieron daño y se alegraron de tu caída.
32 Desdichadas las ciudades a las que sirvieron tus hijos. desdichada la que a tus hijos recibió.
33 Pues como se alegró de tu caída y de tu ruina se regocijó, así se afligirá por su desolación.
34 Yo le quitaré su alborozo de ciudad bien poblada y en duelo se trocará su orgullo.

29-5-11
Sofonías 3:
9 Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos, para que invoquen todos el nombre de Yahveh, y le sirvan bajo un mismo yugo.
10 Desde allende los ríos de Etiopía, mis suplicantes, mi Dispersión, me traerán mi ofrenda.
11 Aquel día no tendrás ya que avergonzarte de todos los delitos que cometiste contra mí, porque entonces quitaré yo de tu seno a tus alegres orgullosos, y no volverás a engreírte en mi santo monte.
12 Yo dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, y en el nombre de Yahveh se cobijará
13 el Resto de Israel. No cometerán más injusticia, no dirán mentiras, y no más se encontrará en su boca lengua embustera. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los turbe.
14 ¡Lanza gritos de gozo, hija de Sión, lanza clamores, Israel, alégrate y exulta de todo corazón, hija de Jerusalén!
15 Ha retirado Yahveh las sentencias contra ti, ha alejado a tu enemigo. ¡Yahveh, Rey de Israel, está en medio de ti, no temerás ya ningún mal!
16 Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión, no desmayen tus manos!
17 Yahveh tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! El exulta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con gritos de júbilo,
18 como en los días de fiesta. Yo quitaré de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti.
19 He aquí que yo haré exterminio de todos tus opresores, en el tiempo aquel; y salvaré a la coja y recogeré a la descarriada, y haré que tengan alabanza y renombre en todos los países donde fueron confundidas.
20 En aquel tiempo os haré venir, en aquel tiempo os congregaré. Entonces os daré renombre y alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando yo vuelva a vuestros cautivos a vuestros propios ojos, dice Yahveh.

martes, 10 de mayo de 2011

Oración para aprender a amar

  • Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
    Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
    Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
    Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
    Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
    Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
    Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
    Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien;
  • Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
    Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
    Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
    Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
  • Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
    Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta M.C.

jueves, 28 de abril de 2011

Bajo sus Alas




La revista "National Geographic" publicó hace unos años un artículo sobre algo sucedido después de un incendio en el Parque Nacional Yellowstone de los E.U.
Después de sofocado el fuego empezó la labor de valuación de daños, y fué entonces que al ir caminando por el parque, un guardabosques encontró una ave calcinada junto al pie de un árbol, en una posición bastante extraña, pues no parecía que hubiese muerto escapando o atrapada, simplemente estaba con sus alas cerradas alrededor de su cuerpo.



Cuando el impactado guardabosques la golpeó suavemente con una vara, tres pequeños polluelos vivos emergieron de debajo de las alas de su madre, quiensabiendo que sus hijos no podrían escapar del fuego, no los abandonó.
Tampoco se quedó con ellos en el nido sobre el árbol, donde el humo sube y el calor se acumula, sino que los llevó, quizás uno a uno, a la base del árbol y ahí dio su vida por salvar la de ellos. ¿Pueden imaginar la escena? El fuego rodeándolos, los polluelos asustados y la madre muy decidida, infundiéndole paz a sus hijos, como diciéndoles: "no teman, vengan bajo mis alas, nada les pasará".
Tan seguros estaban al estar ahí tocando sus plumas, aislados del fuego, que ni siquiera habían salido de ahí horas después de apagado el incendio. Estaban totalmente confiados en la protección de su madre, y solo al sentir el golpeteo pensaron que debían de salir.

¿Tienes a quien amar así? ¿Te ha amado alguien así? Quien encuentra un motivo por el cual vale la pena vivir, encuentra un motivo por el cual vale la pena dar la vida.
Si tu crees que nadie te ha amado como ese pájaro madre amó a sus polluelos, creo que te equivocas. Pero no conozco tu vida y no te puedo decir con certeza quién o de quienes has conocido, pero lo que sí te puedo asegurar es que Dios nos amó tanto que se dió a sí mismo para ser humillado y morir por ti.
Pero hoy vive y quiere hacerte sentir amado, como sólo Él puede amar, y no te costará nada, solo invítale a vivir en tí y Él te dará ese motivo por el cual vale la pena vivir y morir. Si ya lo conoces, reconoce que El está ahí:
"Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio.
¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!" Salmo 91.4

lunes, 18 de abril de 2011

METÁFORA DEL SIGNIFICADO DE LA MUERTE DE JESÚS



Es la tarde de un viernes típico y estás manejando hacia tu casa. Sintonizas la radio. El noticiero cuenta una historia de poca importancia: En un pueblo lejano han muerto 3 personas de alguna gripe que nunca antes se había visto. No le pones mucha atención a tal acontecimiento...

El lunes, cuando despiertas, escuchas que ya no son 3, sino 30.000 personas las que han muerto en las colinas remotas de la India. Gente del Control de enfermedades de EE.UU. ha ido a investigar. El martes ya es la noticia más importante en la primera plana del periódico, porque no sólo es la India, sino Pakistán, Irán y Afganistán... y pronto la noticia sale en todos los noticieros. Le están llamando "La Influencia Misteriosa" y todos se preguntan ¿Cómo vamos a controlarla? Entonces una noticia sorprende a todos: Europa cierra sus fronteras, no habrá vuelo a Francia desde la India, ni de ningún otro país en el cual se haya visto la enfermedad.

Por lo del cierre de fronteras estás viendo las noticias, cuando escuchas la traducción de una mujer, en Francia, que dice que ya hay un hombre en el hospital muriendo de la "Influencia Misteriosa". Hay pánico en Europa. La información dice que cuando tienes el virus, es por una semana y ni cuenta te das. Luego tienes 4 días de síntomas horribles y mueres.

Inglaterra cierra también sus fronteras, pero es tarde, pasa un día mas y el presidente de los EE.UU. cierra las fronteras a Europa y Asia, para evitar el contagio en el país, hasta que encuentren la cura...

Al día siguiente la gente se reúne en las Iglesias a orar por una cura, y entra alguien diciendo: ¡Prendan la radio!... y se oye la noticia: 2 mujeres han muerto en Nueva York. En horas, parece que la cosa invade a todo el mundo.-- Los científicos siguen trabajando para encontrar el antídoto, pero nada funciona. Y de repente, viene la noticia esperada: Se ha descifrado el código de ADN del Virus ¡Se puede hacer el antídoto!!!

Pero.... Va a requerirse la sangre de alguien que no haya sido infectado y, de hecho, en todo el país se corre la voz de que todos vayan al hospital más cercano para que se les practique un examen de sangre.

Vas de voluntario con tu familia, junto a unos vecinos, preguntándote ¿Qué pasará?. ¿Será esto el fin del mundo, o se encontrará alguien puro?... -- De repente el doctor sale gritando un nombre que ha leído en su cuaderno. El más pequeño de tus hijos está a tu lado, te agarra la chaqueta y dice: " ¿Papi?, ¡Ese es mi nombre!"...

Antes de que puedas reaccionar se están llevando a tu hijo y gritas: ¡Esperen! Y ellos contestan: --¡¡Todo está muy bien, su sangre esta limpia, su sangre es pura!!!.---¡¡¡Creemos que tiene el tipo de sangre correcta!!! ---

Después de 5 largos minutos salen los médicos llorando y riendo. Es la primera vez que has visto a alguien reír en una semana... --- El doctor de mayor edad se te acerca y dice: ¡¡Gracias a Dios, señor!!, la sangre de su hijo es perfecta, está limpia y pura, ¡¡¡Podremos hacer el antídoto contra esta universal y mortal enfermedad!!!....

La noticia corre por todas partes, la gente esta orando y riendo de felicidad. En eso, el doctor se acerca a ti y a tu esposa y dice: ---"Podemos hablar un momento?--- ---Es que... no sabíamos que el donante seria un niño y necesitamos que firmen este formulario para darnos el permiso de usar su sangre.."--- Cuando estás leyendo el documento te das cuenta de que no ponen la cantidad que necesitarán y preguntas: ---"¿Cuánta sangre?...--- La sonrisa del doctor desaparece y contesta: ---"No pensábamos que era un niño... ¡¡¡La necesitaremos toda!!!...---

¡No lo puedes creer!... y tratas de contestar: ---"Pero,... pero..."--- El doctor te sigue insistiendo: ---¡¡¡Usted no entiende, estamos hablando de la cura para todo el mundo!!!... Por favor firme la autorización, la necesitamos toda!!!....--- Tú preguntas: ---Pero... ¿No pueden después darle una transfusión?--- Y viene la respuesta: ---Si tuviéramos otra sangre limpia en el mundo, podríamos...

---¿Firmará, por favor?...¡ Firme Señor!!....--- En silencio y sin poder sentir los mismos dedos que tienen la pluma en la mano lo firmas. Te preguntan: ---¿Quiere ver a su hijo?--- Caminas hacia esa sala de emergencia donde tu hijo esta sentado en la camilla diciendo: ---" ¡Papi!!, ¡Mami! ¡¿Qué pasa?!...--- Tomas su mano y le dices: ---Hijo, tu Mami y yo te amamos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no fuera necesario, ¿comprendes eso?--- Y cuando el doctor regresa te dice: ---"Lo siento, necesitamos empezar, gente en todo el mundo está muriendo...¿Se pueden ir?, ¿Pueden darle la espalda a su hijo y dejarlo allí?...---

Mientras, él te dice, ---¿Papi?, ¿Mami? ¿Porqué me están abandonando?---


...Y al siguiente domingo, cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se quedan dormidas en casa, otras no vienen porque prefieren ir de paseo o ver un partido de fútbol y otras vienen a la ceremonia con una sonrisa falsa fingiendo que les importa.


Quisieras pararte y gritar: "¡¡¡Mi hijo murió por ustedes!!!, ¡¡¡¿Y ya no les importa?!!!"


Tal vez eso es lo que Él quiere decir:
"Mi hijo murió, ¿Es que no saben cuánto los amo?"


martes, 12 de abril de 2011

Recupera la Paz

Esta palabra nos demuestra claramente que no podemos explicar la Paz de Dios.
Pareciera casi una locura hablar de paz, en esta era que podríamos denominar “la era del llame ya”. Donde todo tiene que ser ahora, donde somos impulsados a lo rápido.
Es muy bueno el avance del hombre al querer facilitar las cosas, digamos, al querer ser mas practico (de hecho, está bien con un equilibrio), pero el ser humano no se da cuenta, que cuanto más práctico es todo, menos paciencia se tiene y por consecuencia se pierde la Paz.
. Por eso nos cuesta entender a Dios, porque Él no se rige por el tiempo de este sistema. A Dios nada lo apura y nada lo retrasa.  El es el principio del principio mismo.
Quiero compartir este versículo en tres versiones diferentes:
Filipenses 4:7 (RV) “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
(PDT) “Verán que Dios les dará su paz, una paz tan grande que va más allá de lo que podemos entender. La paz de Dios controlará todos sus pensamientos y sentimientos porque están unidos a Cristo Jesús."
(TLA) “Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.”
Esta palabra nos demuestra claramente que no podemos explicar la Paz de Dios.
Cuando tienes la Paz de Dios, la gente se tiene que preguntar qué te pasa. Dios quiere poner Paz en tu vida porque para él es estratégico. El va a usar Su Paz en ti para atraer personas a su Reino. Imagínate, cuando la gente vea tú paz, va a querer lo que tú tienes.
Aprenda esto: La palabra hebrea para paz es “shalom”, que significa “nada entre nosotros”. También, quiere decir perfecto, completo; seguridad, fortaleza, salud, tranquilidad, quietud, prosperidad, abundancia.
Reciban esto: La Paz de Dios no es para tener cara de bueno, la Paz te sirve como cobertura en todas las áreas de tu vida. Todas las áreas de tu vida deben estar cubiertas por la Paz de Dios.
Quiero hablarte de tres dimensiones de la Paz, que te serán útiles para desarrollar una vida Prospera:
1. Paz con Dios: Es aquella paz que recibimos cuando aceptamos el perdón de nuestros pecados; al ser reconciliados con el Padre, nuestra relación con Él es restaurada.
Es necesario que busques estar en Paz con Dios. La Paz con Dios es el resultado de haber rendido nuestro interior a Él. Es el resultado del arrepentimiento genuino. Es el resultado de haber dejado de echarle la culpa por todo y haber comenzado a aceptar mis responsabilidades.
2. Paz con los demás: La Paz con los demáses aquella que nos permite acercarnos a otros sin paredes ni divisiones entre nosotros. Es la paz que, a través del fruto del amor, surge en cada uno de nosotros. Esta Paz nos permite comprender lo importante que es buscar el bien del otro y no tan solo el nuestro.
Cuanta más sea tu buena relación y paz con los demás, mas puertas de Prosperidad se te van a abrir.
No podemos vivir mal con todo el mundo. Cuando alguien dice: Todos están en mi contra, sería bueno que te examines, porque es más factible que estés equivocado y no que todo el mundo conspire en tu contra.
3. Paz con nosotros mismos: El hecho de haber sido aceptados por Dios nos debe dar paz interior. Ninguna persona puede tener paz consigo misma ni con los demás, si primero no tiene paz con Dios.
Debemos aprender a aceptarnos. Hay personas que se rechazan así mismas y ni siquiera Dios las rechaza. Si Dios no te rechaza, tú tampoco debes rechazarte. El tema es que muchos se rechazan porque tienen miedo a cambiar. Les da miedo enfrentar la situación que viven.
Te profetizo: Hoy vas a tener Paz contigo mismo.
¿Cuál es la diferencia entre la paz que el mundo ofrece y la paz que Dios da?
La paz del mundo depende de las circunstancias. En otras palabras, según lo que sucede, según lo que ocurre, esa paz se va o se queda. Con esa paz ficticia nunca tendrás control de lo que te sucede.
La paz de Dios viene como resultado de poner toda nuestra confianza en Él. Es una paz basada en nuestro pacto con Él, no en las circunstancias que nos rodean.
Esa paz se convierte en un ancla que no permite que seamos arrastrados para ningún lugar, sino estar firmes en la Promesa.
Dios no te está ofreciendo una religión, Dios te está ofreciendo una Paz que sobrepasa todo entendimiento, Dios te está ofreciendo marcar la diferencia. Dios te está ofreciendo ser un protagonista de la historia y no tan solo un simple espectador.